Horas delante del ordenador o en la oficina. Llegas a casa y tu chica te espera ilusionada pero tú continúas con tu trabajo. No puedes parar, quieres ser la mejor, ascender, crecer laboralmente.Ella intenta llamar tu atención. Te llama, te besa, te abraza, te propone múltiples planes románticos y tú la apartas. Le dices que te agobia y que no tienes tiempo para ella.Este es un ejemplo como muchos otros pero que sirve para ser concientes de si a la hora de plantearnos una relación vamos a estar al cien por cien con esa persona o sólo al 5%.
Recuerden hay tiempo para todo, y el trabjo no es una barrera para dar un besar un te amo!.
Una relación implica tiempo de calidad con nuestra pareja. Horas de hobbies compartidos, de arrumacos, de pasión, de palabras cómplices, de ideas y pensamientos, de sueños…
Pero cuando una de las dos se cierra, se centra en su vida propia dejando a un lado la complicidad de momentos únicos, deshace poco a poco el vínculo que la une hacia la otra persona.Cuando la pareja supone una traba hacia el cumplimiento de nuestras espectativas, un agobio o un estorbo, lo mejor es romper la relación, pues, de la otra forma, lo único que logramos es que la otra persona sufra, se sienta a un lado, como un mueble más de la cocina o como algo prescindible y poco valorado.
Quizá con el tiempo, cuando ya hemos logrado todas nuestras metas profesionales y estemos realmente dispuestas a satisfacer a la otra persona y a construir una vida en común, podamos plantearnos una relación sólida y duradera.
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