Históricamente, la sexualidad femenina ha sido ignorada y relegada. Por ello, las lesbianas viven una doble discriminación: a causa de su orientación sexual y de su género. Si apenas se toma en consideración una sexualidad femenina libre e independiente, difícilmente se va a considerar la sexualidad lésbica. En casi todos los ámbitos de nuestra sociedad el hombre dispone de una mayor visibilidad y de mayor poder económico y social. A la mujer se le ha otorgado el espacio de lo privado. Esto conduce a las lesbianas a una situación de extrema invisibilidad. No se piensa de dos mujeres que vivan juntas que son pareja, sin embargo, las lesbianas existen en un número muy importante.
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