Acuestas a tu pareja sobre tu cuerpo, entrando en contacto con su parte trasera. Desde esa posición de ensueño sólo debes dejar volar tu imaginación y picardía. Comienzas tu andadura dibujando un collar de besos sobre su cuello mientras acaricias sus senos, descubriendo lentamente su volcán del deseo, primero desviando tus dedos hacia su botón de placer para, poco a poco, encontrarte en el interior de su jardín del delirio.
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